IN MEMORIAM
R.P. Pedro SUÑER PUIG, S.I.
El sábado 12 de junio de 2021 falleció a primera hora de la tarde el P. Pedro Suñer Puig, de la Compañía de Jesús, con 91 años de edad, 72 de vida religiosa y 59 de sacerdocio. Se conmemoraba ese día el Inmaculado Corazón de María, tras la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. El funeral corpore insepulto se celebró el lunes 21 en la capilla del Centre Borja de Sant Cugat, a los pies de la imagen de la Inmaculada Concepción, siendo enterrado a continuación en el cementerio de los PP. Jesuitas.
Toda la vida del P. Pedro Suñer, desde su nacimiento hasta su muerte, estuvo marcada con el sello del amor de los Corazones de Jesús y María. Nació en Ripoll en 1930, el día 3 de otro mes de junio. Fue el cuarto de siete hermanos, hijos de D. Eduardo Suñer y Dª Elisa Puig. Terminada la guerra estudió Bachillerato en el Colegio de San Ignacio de Sarriá de 1941 a 1948, ingresando con 18 años en el noviciado de la Compañía de Jesús en Veruela. De 1950 a 1953 realizó el juniorado, cursando Humanidades, y continuó con los estudios de Filosofía en el Colegio Máximo de Sant Cugat. En 1956 inició su tarea docente enseñando griego y francés en el noviciado de Raimat, concluyendo después la licenciatura en Filosofía en la Universidad de Barcelona. De 1958 a 1962 se formó en Teología de nuevo en Sant Cugat, recibiendo la ordenación sacerdotal el 30 de julio de 1961. Realizó la “tercera probación” durante los años 1962 a 1963 en San Andrä (Austria), continuando luego con los estudios doctorales de Ética y Derecho en la Universidad de Friburgo (Suiza). Obtuvo el grado de doctor summa cum laude en la Pontificia Universidad de Comillas en 1964. Regresó entonces a Sant Cugat, y allí hizo sus votos solemnes el 2 de febrero de 1966. Desde entonces se dedicó a una intensa actividad docente como profesor de Ética en el Colegio Máximo, en el CSIC y en el Instituto Filosófico de Balmesiana. En 1976 fue destinado como superior de la residencia de Palau, en Barcelona; recibió el encargo de enseñar Derecho natural en el Centro Universitario Abat Oliba, y fue nombrado consiliario de Schola Cordis Iesu y del Movimiento Familiar Cristiano. También entonces comenzó a impartir cada año dos o tres tandas de Ejercicios Espirituales, y a dirigir espiritualmente a numerosas personas que acudían buscando su prudente consejo. En 1983 asumió la dirección general de la Fundación Balmesiana, colaborando asimismo en la Sociedad Internacional Tomás de Aquino, siendo destinado como superior de la casa de ejercicios de Sarriá. En 1989 regresó a la residencia de Palau. En 1996 fue nombrado director del Apostolado de la Oración de la archidiócesis de Barcelona, y poco después de la Asociación Grignion de Montfort. A partir de 2008 comenzó a dejar sus diversas responsabilidades de gobierno y gestión, dedicándose sobre todo a la dirección espiritual y a administrar el sacramento de la confesión en la Catedral de Barcelona. En 2019 ingresó en la enfermería del Centre Borja; su progresivo debilitamiento no le privó del uso de razón y de la vida de piedad, hasta su fallecimiento en junio de 2021.
El P. Suñer fue un siervo fiel, obediente cumplidor de los encargos recibidos por el Señor. Tres podrían ser destacados, siempre enraizados en su vocación de sacerdote jesuita: la docencia, la dirección espiritual y la difusión del culto al Corazón de Jesús. Respecto de la primera, cabe remarcar la profundidad, seriedad y honestidad intelectual tanto en su estudio como en su enseñanza. Se mantuvo muy fiel en todo momento tanto al Magisterio de la Iglesia, como a santo Tomás de Aquino y a los Doctores de la Compañía, particularmente Francisco Suárez. Supo asimismo promover actividades académicas en esa misma línea, sobre todo desde la Fundación Balmesiana y la Sociedad Internacional Tomás de Aquino, organizando varios congresos internacionales tomistas y fundando el Instituto Santo Tomás de Balmesiana en 2003.
Su dirección espiritual fue muy fecunda, no solo en número sino en frutos de gracia. Sabedor de que los Ejercicios Espirituales son el medio idóneo para ordenar la vida cristiana al principio y fundamento, se dedicó intensamente a predicarlos, en plena fidelidad al espíritu de san Ignacio. Tanto los Ejercicios como su dirección espiritual se alimentaba de una profunda vida de oración y de piedad eucarística, lo que llevaba al P. Suñer a vivir esta actividad apostólica en completa subordinación a la acción del Espíritu Santo.
Finalmente, el P. Suñer hizo del todo suyo el munus suavissimum del Corazón de Jesús a la Compañía. De este modo, se convirtió en un auténtico apóstol de la devoción al Divino Corazón y al Inmaculado Corazón de María, celebrando con constancia los primeros viernes y sábados de mes, promoviendo las consagraciones al Corazón de Jesús y al Corazón de María, e incluso organizando el Congreso Internacional Cor Iesu, Fons Vitae en junio de 2007. Esta devoción la supo vincular al camino de infancia espiritual de santa Teresa del Niño Jesús, a la que diariamente se encomendaba, así como a la esperanza en la consumación del Reino de Cristo, siguiendo las enseñanzas del P. Enrique Ramière, S.I. Por eso vivió el encargo suavísimo poniéndose al servicio del Apostolado de la Oración y de Schola Cordis Iesu, fundada por el P. Ramón Orlandis, S.I., el reconocer en ambas unos providenciales instrumentos para el advenimiento del Reino de Cristo por los Corazones de Jesús y María.
Descanse en paz, siervo bueno y fiel